La absurda historia de la tristeza de un descojone
A partir de este momento, y según el defensor del pueblo, podemos considerar que los cojones de Antonio Aguirre, miembro del Foro Ermua, van a pasar a engrosar la triste lista de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. O al menos , eso se desprende de unas declaraciones que afirman que la patada en los huevos que se llevó este hombre ayer fue un "acto de terrorismo".
La AVT ha anunciado una manifestación , como consecuencia de este atroz atentado, en los próximos días bajo el lema "Por la libertad, por la democracia, por la virgen del carmen, por los genitales españoles". Del mismo modo, el líder de la oposición Mariano Rajoy ha modificado su apretadísima agenda de rituales satánicos y visitas extraoficiales a orfanatos tailandeses , para poder visitar lo que queda del escroto de la víctima, fotos y abrazos (esperemos que no muy fuertes) incluidos.
Por otro lado , la presidenta de la comunidad de Madrid, Es Perhan Zagyrre (según su propia ortografía), después de pasarse toda la mañana jugando en una piscina de pelotas de colorines de goma, ha declarado mientras defecaba en un parque infantil su intención de erigir un monumento al falo destruido del agredido. Dicha propuesta ha levantado cierta adversidad entre las filas más católicas y conservadoras del PP, quienes han declarado "consideramos cualquier incitación a tener sexualidad como un insulto a nuestras creencias. Entendemos por incitacion una estatua gigante con forma de genital machacado, las botellas de 50 cl de cerveza o la propia existencia humana".
El gobierno vasco, por su cuenta, ha salido airoso de tan peliagudo asunto echando la culpa de la agresión al agredido, en un bonito ejercicio de "NO le pegaron una patada, él se puso en medio". Como consecuencia de la declaración , tres periodistas de la rueda de prensa murieron como consecuencia de un ataque cardíaco producto de la vergüenza ajena y otros ocho se hicieron inmediatamente alcohólicos.
Mientras tanto Zapatero sonríe porque piensa que ahora Antonio Aguirre tendrá las pelotas de un color tirando a negruzco y que eso, en resumidas cuentas, puede ser enfocado como un bello ejemplo de integración racial.